Los contenidos sobre famosos asisten a un declive en la televisión de España, pero internet se llena de web shows que, con pocos medios y mucha cara dura, ofrecen la pequeña dosis de cotilleo que muchos necesitan.
En lugar de crónica social o prensa del corazón, en el mundo anglosajón estos formatos se etiquetan como gossip o entertainment news. Este estilo ya ha llegado a Europa; pronto analizaremos El punto Gilton, uno de los nuevos programas de Mobuzz TV, pero en esta ocasión nos detenemos en tres vídeos procedentes de USA y encontrados en buscadores de vídeos.
Como en los antiguos boletines televisivos, he aquí el modelo de busto parlante monótono (y un poco soso, todo hay que decirlo), con imagen estática "over the shoulder" incrustada con croma. Técnicamente, el vídeo de meevee.com es correcto, con una cabecera bien diseñada, música agradable, sonido de calidad y un uso limitado de los efectos de vídeo.
El boletín de somagirls.tv destaca por su agilidad. A pesar de que no dispone de fuentes de vídeo para cubrir las informaciones, el apoyo textual de los titulares, la entonación y los efectos de sonido imprimen cierto ritmo, favorecido por el montaje digital.
Este programita de hollyscoop.com es un ejemplo de que tener más medios técnicos (incluso la capacidad de realizar entrevistas en el exterior) no siempre produce un mejor resultado final. El sonido saturado y con eco desluce la parte inicial del programa, y los apoyos gráficos carecen de un estilo definido. Por último, la presentadora quizá sea demasiado joven o quizá tenga demasiado entusiasmo, pero algo falla con su sobreactuación.
Aunque esta temática no es precisamente la cima del periodismo, el breve análisis de estos tres vídeos yanquis nos permite sacar algunas conclusiones útiles para nuestras producciones:
Contenidos: no basta elegir temas con gancho. Es necesario tener acceso a las fuentes de información y material audiovisual, para no terminar publicando una ensalada de refritos e imágenes pirateadas.
Presentación: dale un toque personal, sin sobreactuar ni aburrir (¡casi nada!). Interactúa con tu público.
Edición: respeta las convenciones del lenguaje televisivo y cinematográfico y cuida la identidad gráfica del programa, especialmente si forma parte de una serie y se publica con periodicidad.
Duración: entre uno y tres minutos parece la extensión ideal. Dentro de este tiempo, hay que valorar si se dedica a un único tema, o si es preferible ofrecer un resumen de muchas informaciones. Los tres ejemplos analizados se decantan claramente por la segunda opción.
Distribución: aunque mucha gente compre en Carrefour, pocas marcas pueden permitirse el lujo de no estar en ninguna otra tienda. Creo que en internet ocurre lo mismo: a falta de un buscador de vídeos multisitio y multiformato que se haya convertido en estándar entre los usuarios, no queda más remedio que subir nuestros programas a varias plataformas de las más populares, para tener la mayor exposición posible. Así lo hacen varios de los programas encontrados.
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